lunes, julio 16, 2007

¿De dónde salieron los indígenas americanos?

¿De dónde salieron los indígenas americanos? Ésta es una pregunta que se realizaron los europeos casi inme-diatamente después del “descubrimiento” del Nuevo Mundo. Durante todos los siglos que nos separan de la llegada de Colón a América (1492), corrió mucha tinta sobre el supuesto origen de los primeros americanos. Infinidad de soluciones se han propuesto para explicar la presencia del hombre en esas nuevas tierras que se abrieron a la expan-sión europea. La mayoría nos parecerán graciosas o absurdas para nuestra época, pero eran proposiciones muy se-rias para aquellos tiempos.

En los primeros años del siglo XVI comenzó a manifestarse la idea de que las tierras a las que había arribado Colón no pertenecían al Asia, sino que eran parte de un nuevo continente del cual no se tenían noticias. El principal problema para el pensamiento europeo de esa época era que en los libros sagrados no se mencionaba ese continente ni a sus pobladores, que aparentemente eran humanos. Al principio se dijo que no eran hombres, sino que sólo lo parecían. Pero esta aberrante afirmación se echó por tierra con la bula papal del 9 de junio de 1537 (cuarenta y cin-co años después del descubrimiento), en la cual se consideraba a los indios americanos como verdaderos hombres, racionales y dotados de alma. Anteriormente el papa Alejandro VI había aprobado sin reservas la intención de los reyes de España de someter a los indígenas para convertirlos más fácilmente a la religión cristiana, como un acto de piedad religiosa.
Estos postulados, más que aclarar las cosas las complicaron, ya que en la Biblia no se los mencionaba, por lo tanto eso indicaba que tenían que haber sido creados aparte. Se barajaron muchas teorías, todas relacionadas con lo religioso, que era autoridad en esa época. La fantasía imperó en muchas de esas investigaciones; también se forzaron las evidencias en la mayoría de los casos.


Los judíos

Algunos, como Ario Montano en el siglo XVI, plantearon que los americanos eran descendientes de unos tata-ranietos de Noé. ¿Se acuerdan? El del diluvio. Montano aparece por primera vez con su libro Biblia Poliglota, pu-blicado en Amberes de 1569 a 1573. Tenía una concepción bastante original: dos hijos de Jectan, biznieto de Sem, hijo de Noé, habrían poblado América. Uno de ellos, Ophis, llegó al noroeste de América y de allí a Perú, y el otro, Jobal, colonizó Brasil. El historiador B. de Roo resucitó esta tesis en 1900.

Marcio Lescarboto, en su libro Nouvelle France publicado en 1612, le otorga el mote de padre de los ameri-canos a Noé. Aduce que él se habría preocupado especialmente de poblar la actual América: “...pudo conducir allí a sus hijos, y no le fue más difícil ir por el estrecho de Gibraltar a la Nueva Francia (Brasil), desde Cabo Verde (África) a Brasil, de lo que fue a sus hijos ir a establecerse en Japón...”.

Otro que le otorgó el origen de los americanos a los judíos fue Gregorio García, que en 1607 publicó Origen de los indios del Nuevo Mundo, donde trataba de demostrar las coincidencias morales, lingüísticas, etc., que había entre los judíos y los indígenas americanos. Muchos historiadores y filósofos se unieron a la hipótesis judía: Tor-nielli, Vatablio, el alemán Gilbert Genebrand, André Thévet, y los ingleses Theodore Thorowgood y John Dury, son algunos.
Otros los imaginaron descendientes de las diez tribus perdidas de Israel. Esta teoría se basaba en lo ocurrido durante el año 721 a. C., cuando las diez tribus norteñas de Israel fueron conquistadas por Asiria y desaparecieron de la historia. Muchos autores trataron de defender esta hipótesis. Bartolomé de Las Casas, el padre Durán y un rabino portugués llamado Manasseh Ben Israel trataron de demostrar que las tribus perdidas se habrían refugiado en América. En siglos posteriores dicha hipótesis siguió encontrando defensores; el último fue lord Kingsborough, en el siglo XIX.


Los fenicios y otros

También los fenicios recibieron el nombre de padres de los americanos. Éstos habrían mandado colonias de emigrantes hacia América. Basándose en parecidos culturales, lingüísticos, a veces toponímicos, varios autores trataron de probarlo. Horn lo hizo en 1562; Huet, obispo de Avranches, en 1679; Court de Gébelin, de 1778 a 1784; y Ph. Gaffarel, en 1875. Geo Jones, abogado de Nueva York, trató de encontrar los antepasados de los indígenas americanos entre los fenicios de la ciudad de Tiro, quienes habrían huido luego de la conquista de su ciudad llevada a cabo por Alejandro Magno. También le atribuyeron el origen de los americanos a navegantes extraviados durante la expedición de este último a la India.

Asimismo se buscaron semejanzas y coincidencias a través de la lingüística, el arte, la tecnología y la arquitec-tura. Descubrieron conexiones con las civilizaciones de Creta, los carios de Asia Menor, los cananeos de Medio Oriente, romanos, griegos, egipcios, celtas, irlandeses y tantos otros. Trataron de encontrar el origen de las lenguas americanas en la japonesa, china, suméria, polinesia, cópta (de Egipto), vasca, y muchas más.

En 1829, se publicó un libro de John Ranking, en el cual se introducía a los mongoles en la carrera por los orí-genes americanos. Hacia 1380 Kublai Khan intentó conquistar Japón, pero su flota fue dispersada por una gran tormenta. Según el autor, las naves fueron llevadas por la tempestad hacia las costas americanas, donde los náufra-gos habrían fundado el imperio incaico. Varios autores compartieron esta tesis u otras semejantes.

Otros posibles padres de los americanos, serían los habitantes de la Atlántida, según E. Bailly d'Engel, 1767 y Carli en 1780. F de Castelnau opinó, en 1851, que los descendientes de Sem, hijo de Noé, habrían pasado por la Atlántida para colonizar América.


Orígenes locales

También se presentó la hipótesis del origen autóctono de la población americana. Varios sabios plantearon que el hombre se habría originado separadamente en todos los continentes, y América no era la excepción. Bory de Saint-Vincent, Frederick Muller, Morton, Meigs, Agassiz, Hervé, Haeckel, Hovelacque, Pouchet y otros habrían defendido esta hipótesis, llamada poligenista. Isaac La Peyrère, autor de Preadamitae (1655), sostenía que sólo Adán era el progenitor de los judíos, mientras que los otros pueblos antiguos descendían de antepasados preadami-tas. Henry Home, lord Kames, trató de llegar a un acuerdo con el Génesis en su libro Sketches of the history of man (1774). Dijo que las diferencias del ser humano se habrían generado luego de la construcción de la Torre de Babel; Dios habría equipado milagrosamente a cada grupo de hombres con especiales adaptaciones al clima, inteligencia y demás características. Afirmaba que los americanos no descienden de ningún pueblo del viejo mundo y postulaba una creación distinta para explicar su existencia.

Dios habría creado a todos los pueblos a partir de Adán y Eva, mientras que a los americanos los creó solos. ¿Serían el verdadero pueblo elegido?
Otros, como el alemán Johann Blumenbach o el francés Leclerc, conde de Buffon, creían que Adán y Eva habían sido blancos. Las otras "razas", entre las que se encontraban los americanos, eran una forma de degeneración. Pero por lo menos creían que ésta podía invertirse con un adecuado control, obviamente por parte de los europeos.


Madre argentina

Pero la teoría más interesante, sin duda, es la que el argentino Florentino Ameghino esbozó en el libro La anti-güedad del hombre en el Plata. Ameghino sostenía que el hombre era originario de América, y nada más ni nada menos, que de las pampas argentinas. Veamos esta teoría con detenimiento.

Los descubrimientos hechos o inspirados por el paleontólogo argentino Florentino Ameghino fueron, para su época, sensacionales y revolucionarios. Si bien son rechazados actualmente por los expertos, tuvieron tanta reso-nancia, que merecen ser expuestos.

Lo característico de los trabajos de Ameghino relativos al hombre y a los antropomorfos (antepasados con for-ma humana) es que la hipótesis ha precedido en mucho a los hechos sobre los cuales lógicamente hubiese debido apoyarse.

Según él, América habría sido el centro de evolución de todos los mamíferos y ciertos antecesores del hombre que, en las planicies desprovistas de vegetación arborescente de la Argentina, "se vieron obligados a levantarse sobre sus miembros posteriores para explorar el horizonte". Habrían dado nacimiento, así, al verdadero precursor del hombre, es decir, al primer ser adaptado a la posición erecta que él llama Tetraprothomo. De éste habrían naci-do por evolución progresiva el Triprothomo, el Diprothomo y finalmente, el Prothomo, antecesor inmediato del hombre actual. Éstos fueron descubiertos más tarde por Ameghino.

El Tetraprothomo argentinus está representado por un fémur y una vértebra cervical hallados en Monte Hermo-so (provincia de Buenos Aires); el Diprothomo platensis, por un casquete craneano descubierto en el puerto de la ciudad de Buenos Aires; el Prothomo pampeus, por una serie de cráneos y osamentas provenientes de diferentes lugares de la Argentina. Según Ameghino, el primero debió pertenecer a las capas geológicas más antiguas del mioceno superior (serían más de veinte millones de años); el segundo, al plioceno (cinco millones de años) y el tercero, a esa misma formación geológica, sólo que en su parte media. Los tres serían de la era terciaria, y por lo tanto, anteriores a los vestigios de esa época que había en el Viejo Continente. En consecuencia América sería la cuna de la humanidad, de cuyo centro partieron las emigraciones que poblaron la tierra de mamíferos y de hom-bres.

La edad que Ameghino atribuye a sus múltiples hallazgos está muy lejos de lo real. Él fue el único que sostenía esa antigüedad para las capas geológicas en que se encontraron dichos hallazgos; éstos por sí mismos, no valen mucho. Seguiremos al famoso Paul Rivet, que escribió El origen del hombre americano. Un fémur y una vértebra bastaron para que Ameghino creara al Tetraprothomo. Ambas piezas proceden de un mismo yacimiento. La vérte-bra es humana pero, según estudios posteriores, corresponde a una mujer piamontesa (italiana) y el fémur no puede pertenecer a esa mujer ya que es mucho más corto de lo que debiera ser y por sus particularidades no se lo conside-ra humano; perteneció a un carnívoro, probablemente a un félido. El casquete craneano que condujo al Diprot-homo, está sumamente incompleto y Ameghino habría hecho mal la reconstrucción. Mochi, Schwalbe y Von Lus-chan demostraron que el casquete craneano había sido proyectado erróneamente. Según el sabio argentino los crá-neos que representaban al Prothomo tenían rasgos primitivos, pero los antropólogos experimentados R. Lehmann-Nitsche, A. Mochi y A. Hrdlicka no tuvieron dificultad en descubrir que estos caracteres provienen de errores de técnica y de una deformación artificial que se practicaban los indígenas. En cuanto a los huesos, son de edad re-ciente, no más antiguos que la época de la conquista española.

La explicación de Ameghino se basaba en premisas e interpretaciones erróneas de los materiales observados; no olvidemos que se trataba de un científico formado por su propio esfuerzo. Sus convicciones lo desacreditaron en el ambiente científico, debido a que empañaron su gran actuación en la paleontología argentina en el estudio de la fauna extinta.


Nos vamos acercando

En 1590 se publicó un libro llamado Historia natural y moral de las Indias, en el cual su autor, el jesuita J. De Acosta, suponía que los habitantes de América habían llegado del norte de Asia: “...lo hicieron no tanto navegando por mar, como caminando por tierra; y este camino lo hicieron muy sin pensar, mudando sitios y tierra poco a po-co...”. En esa época no se conocía bien el norte de América, y menos el oeste, así que De Acosta pensó que habrían pasado por algún territorio desconocido para la época. Según él estos pobladores habrían sido cazadores que “... hayan penetrado, y poblado poco a poco aquel mundo...”.

Ya en el siglo pasado el rigor científico comenzó a liderar las teorías. Alexander von Humboldt, en 1810, decía que las poblaciones americanas eran de origen asiático y que habrían venido por el estrecho de Bering. Muchos compartieron esta teoría durante el siglo XIX y principios del XX, como Powell, Holmes, Hrdlicka y otros. Es la teoría que se acepta hoy, aunque más elaborada que aquella.


Teorías actuales

Hubo una época en la que el estrecho de Bering no separaba a América de Asia, sino que estos continentes esta-ban unidos por una lengua de tierra que los geólogos llamaron Beringia. Esto ocurrió al final del pleistoceno, hace más de diez mil años, cuando el mar de Bering no existía. Debido a que el clima en esos tiempos era mucho más friío que el actual, los océanos del mundo tenían menos agua líquida que en la actualidad, ya que el agua estaba acumulada en inmensos glaciares en los polos y en el norte de los continentes. Al bajar tanto el nivel del mar, el estrecho de Bering habría quedado al descubierto y convertido en un territorio posible de ser habitado, como el norte de Asia.

El puente de Beringia es la única ruta temprana aceptada hoy. A partir de la entrada por este paso, se habría poblado a lo largo de cientos y cientos de años, la totalidad del continente americano. Los sitios arqueológicos más antiguos de Sudamérica tienen doce mil años.
Hubo otras rutas de poblamiento, pero más tardías. Hace tres mil años y posteriormente, habrían llegado nuevos habitantes por otras vías como el océano Pacífico, pero que no habrían tenido incidencia demográfica ni cultural, salvo en alguna región.

La influencia europea está descartada hasta la llegada de Colón, ya que en América no se conocía la rueda, muy difundida en Europa. Los vikingos sólo hicieron algunas incursiones al norte de América, fundaron dos colonias en Groenlandia que duraron solamente trescientos años y no habrían influido sobre las culturas indígenas.

Hay muchos debates y teorías sobre cómo y cuándo se habría poblado América, La controversia no ha conclui-do todavía, pero algo seguro es que los primeros pobladores de América provinieron del norte de Asia.


Para saber más

Boorstin, Daniel J. Los Descubridores. Grijalbo Mondadori. Barcelona, 1986.
Carnac, Pierre. El primer descubrimiento. Martínez Roca. Barcelona, 1991.
Harris, Marvin. El desarrollo de la teoría antropológica. Alianza, 1992.
Lewin, Roger. Evolución Humana. Biblioteca Ciantífica Salvat. Barcelona, 1993.
Meek, Ronald. Los orígenes de la ciencia social. El desarrollo de la teoría de los cuatro estadios.
Pelaez, Pablo. Registro material y nuevos modelos sobre el poblamiento de América.
Rivet, Paul. Los orígenes del hombre americano. Fondo de Cultura Económico. México, 1960.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

me gusto el blog me sirve para trabajar chausito....!!!!

Anónimo dijo...

hola me encanto mucho su blog es muy interesante chauu .....''

Anónimo dijo...

que lindo este blog

Anónimo dijo...

que bien q agan esto me ayudo para la tarea

Anónimo dijo...

gracias x el blog no saben lo que me ayudaron con la taarea

gracias

Anónimo dijo...

buen post,es muy interesante y justamente defendeis lo que yo pensaba,que los primeros habitantes de América venían de Asia y que habían pasado por el mar de Bering.

LIOT dijo...

Muy interesante, sin embargo, alguien me puede decir por qué ne la cueva de los Tayos (Ecuador) se encontró gran evidencia de la civilización Sumeria? quienes dejaron una enorme evidencia de todo tipo de dinosaurios, camélidos, canguros, especies supuestamente prehistóricas de inicios del jurásico y otras especies antidiluvianas, las cuales convivían con el hombre ?.

Anónimo dijo...

solo pregunte de donde vienen y me ponen un pergamino

Anónimo dijo...

Un poco desactualizado este blog

El origen del hombre en america sigue siendo incierto

Sobre el origen asiatico, aunque las pruebas de ADN parecian confirmarlo, tambien se encontraron ADN semejante al de pueblos europeos , asi que el origen no es uniforme


Los ultimos hallazgos en chile parecen refutar la hipotesis de que america se poblo por que se cruzo el estrecho de bering, un pueblo mas antiguo se hallo, si se confirma (que al parecer asi es)habra pruebas de que habia gente en america antes de la llegada de los asiaticos

Se cree actualmente mas en un origen multiple, que no toda la poblacion se puede justificar con la migracion asiatica hecha por el estrecho de bering

Incluso algunos creen que incluso hay tambien origenes australianos



Miguel Núñez Bartolo dijo...

Tengo una consulta, si me pueden ayudar.
1.- Sostuvo que la gran mayoría de indígenas americanos procedieron de América aunque una minoría debía proceder de otros lugares:
a. Max Uhle.
b. Paul Rivet.
c. Mendes Correia.
d. John Rowe.
e. Hiram Bingham

Unknown dijo...

No hay tal evidencia, si en la era del Internet se difunden y se creen esan supuestas evidencias, imagina en épocas más oscuras, si eso que dices fuera cierto habría gente seria investigando y difundiendo

Unknown dijo...

No hay tal evidencia, si en la era del Internet se difunden y se creen esan supuestas evidencias, imagina en épocas más oscuras, si eso que dices fuera cierto habría gente seria investigando y difundiendo